En su tercer largometraje, el director Noah Baumbach triunfa con su cuento autobiográfico acerca de la mayoría de edad de un adolescente y el divorcio de sus padres escritores. El padre (Jeff Daniels) y la madre (Laura Linney) se pelean en un estilo mitad civil, mitad salvaje, mientras sus dos hijos se adaptan de formas distintas, cambiando lealtades entre padres. La película es graciosa y totalmente honesta sobre las racionalizaciones y el esnobismo compensatorio de un fracaso artístico tanto como los deseos indecisos de los adolescentes sobre el sexo y el estatus social. Al detallar la vida bohemia-burguesa en una Brooklyn de de aspecto típico arenisca marrón, Baumbach da en el blanco. Todos continúan con buenas intenciones y se portan mal, a pesar de o debido a su inteligencia evidente. Cumpliendo con las mejores tradiciones del cine independiente americano, este largometraje estrafalario y sabiamente escrito examina el paso entre los géneros, las generaciones, el arte y el comercio, Brooklyn y Manhattan.