En la granja, el granjero piensa que él es el que manda, manteniendo a todos los animales sanos y salvos. Pero cuando el granjero no está, la oveja que vigila avisa, "¡No hay moros en la costa!" y todos los animales en la granja se levantan y quedan en dos patas, caminan, hablan, ven televisión y se hacen bromas atroces entre ellos. Cuando el granjero no está, los animales hacen fiesta. Para el novillo Otis, lo último es lo más importante. Él y sus mejores amigos, el ratón Pipo, el hurón Freddy, el gallo Pico y el cerdito Puerco, son bromistas de primera y siempre están preparados para reírse de una buena ocurrencia o travesura. Otis vive en un estado de inmadurez constante y está feliz de ser de esa forma. Ben, el padre de Otis, es la vaca que se asegura que la granja funcione bien. Cada mañana, Ben dirige una reunión para planear y encargarse de todo lo concerniente al funcionamiento de la granja y advertirles sobre los coyotes, su enemigo común. Es una responsabilidad que Ben toma seriamente. Tan pronto como las luces de la casa del granjero se apagan, el granero se transforma en el centro de una fiesta. Cuando Ben ya no puede dirigir a los demás, Otis trata de mantener el orden pero el rol de cabecilla no es algo natural para él. Sin Ben para mantener a todos bien portados, el caos se apodera de la granja y poco tiempo después el granjero comienza a sospechar y descubre el secreto de los animales y los intrigantes coyotes comienzan a pensar que se puede apoderar de la granja.